22.11.10

Tejer Cintas

Publicado Por EquipoJC on 22.11.10  | Comentarios

Cuando observamos con atención una tela, descubrimos que su trama resulta del acto de entrelazar una serie de hilos extendidos en sentido vertical (urdimbre), que se cruzan con otros, dispuestos horizontalmente (trama).
Este procedimiento que supone el cruce del hilo de urdimbre con el de la trama realizado con el auxilio de una lanzadera, es lo que forma la tela plana, vale decir, el tejido básico sencillo y de consistencia muy fuerte; existen muchos otros tipos de tejido, por ejemplo: la sarga, el satín, el gros, etc., como veremos más adelante. Dentro de la serie debemos incluir el gobelino, variante del gros, o tela plana, cuyos hilos de urdimbre están totalmente cubiertos por los hilos de trama.
En este caso particular, los hilos verticales, o de urdimbre, deben ser de un material grueso y fuerte (algodón, lino o cáñamo), en cambio para la trama, deberá elegirse un hilo más flexible y fino. El tapiz clásico ha preferido siempre la trama de lana, elección que no se impone en el tapiz moderno, donde cualquier material es admitido,siempre que cumpla con los fines propuestos.
Se conocen dos tipos de telares: el horizontal y el vertical, cada uno de los cuales presenta un número considerable de variantes. El horizontal suele ser el de mayor difusión, pero el segundo goza de la preferencia de casi todos los tejedores de tapices.
Hemos dicho desde el comienzo, que en todo tejido los hilos de la urdimbre se cruzan con los de la trama. Dicho cruzamiento se produce empleando el sistema de Lisa, o de lo contrario, el de Media Lisa.(Fig. 1).
Se llama lisa al objeto (de cordón o de alambre), que tiene por finalidad sostener un hilo de urdimbre.
En los lugares donde se emplea un procedimiento sencillo para tejer tela plana, hay que trabajar con peine de lisa fija (Fig. 2).
Este tipo especial de peine tiene agujeros y ranuras, destinados a recibir los hilos que deben pasar por ellos. Al levantar el peine, suben los hilos colocados en los agujeros; entonces, se pasa el hilo de trama por la cruz que se acaba de formar. A continuación, se baja el peine, y como consecuencia, los hilos también bajan, subiendo en su lugar los de las ranuras; aparece de este modo, una nueva cruz.
Al apretar con el peine después de cada pasada de trama, se va formando insensiblemente la tela deseada.
Las urdimbres se preparan, siguiendo distintos procedimientos. El más sencillo consiste en ir pasando un hilo, o dos, entre dos postes fijos, cuya distancia coincidirá con el largo que queremos dar a la urdimbre (Fig. 3).
 Para evitar que los hilos se enreden, o se crucen, hay que colocar por lo menos dos postes en cada extremo. Y si la urdimbre va a tener una extensión mayor (tres metros, por ejemplo), se simplificará la tarea colocando postes intermedios (Fig. 4). Esta operación puede realizarse sobre una mesa.
Vamos a intentar un primer trabajo, consistente en la ejecución de una cinta hecha en un peine de lisa fija; dos sillas colocadas patas arriba sobre una mesa, serán auxiliares más que suficientes (Fig. 8).
Prepararemos tantos hilos como agujeros y ranuras tenga nuestro peine, pero agregaremos cuatro más, porque es necesario reforzar el borde, con dos hilos dobles.
No debemos olvidar que tanto en el ancho como en el largo del tejido, se registrará una merma del 10 % aproximadamente. Y además, en ese mismo largo, se producirá otra merma: la que resulta de la superposición de los hilos de trama sobre los de la urdimbre, vale decir, “el encogimiento de urdimbre”.
Dentro de los cálculos primeros, es necesario tener en cuenta la parte de urdimbre atada al comienzo y al final, donde ya no es posible separar los hilos. 
En los telares chicos puede haber una merma de 60 a 80 centímetros, y en los grandes de 1,20 m a 1,50 m. Esta depende también en gran parte del tipo de tela, siendo mayor en una tela plana, y menor en una sarga o en un satin (Figs. 5, 6 y 7). En el gros, prácticamente no existe merma.
 Para nuestro ensayo, nos conviene escoger un material más bien grueso un macramé no muy fino tanto para la urdimbre como para la trama, calculando las proporciones con cierta amplitud. Es preferible que sobre hilo, para evitar el riesgo de que al final el tejido resulte más pequeño de lo deseado. Como base usaremos preferentemente dos tonos que no sean demasiado contrastantes: gris con azul, marrón con beige, rojo con naranja, por ejemplo. Preparamos la urdimbre con el tono más oscuro sobre las patas de dos sillas, y en seguida se atarán firmemente los hilos en la cruz (Fig. 8). Cumplido este paso, se saca la urdimbre de las sillas. No hará falta trenzarla, como se hace cuando tiene varios metros, porque la nuestra no será muy larga.
Buscamos ahora un punto de sostén en la pared, un gancho o el picaporte de una puerta, y atamos al mismo un extremo del hilo (Punto C) (Fig. 9). 
Sujetamos la cruz con dos listones agujereados en las puntas. Cortamos todos los hilos en el extremo A, y los pasamos con un ganchillo de crochet por el peine, conservando el mismo orden en que se presentan los hilos en la cruz. Los primeros y los últimos se pasan de a dos. Una vez pasados todos los hilos por el peine, las puntas se atan a una varilla. Inmediatamente sujetamos los extremos de esta varilla a un objeto firme, con el fin de que la urdimbre quede tirante. La forma más eficaz de hacerlo consiste, tal vez, en solicitar la ayuda de un cinturón, facilitando la participación del peso del cuerpo.
Hemos terminado de preparar la urdimbre; ha llegado el momento de tejer.
Levantamos el peine de lisa fija y pasamos el hilo de trama, al que batiremos con el mismo peine. Luego,  bajamos el peine, pasamos una vez más el hilo de trama por la nueva cruz, lo batimos, etc., etc., etc.
Para pasar el hilo de trama se usa una lanzadera, o naveta, instrumento de trabajo del que existen diferentes tipos (Foto 1).
Fuente: Extraido del Libro Hilos, telares y arte de Joan Wall
(Técnica del tapiz)/ Ediciones Van Riel

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